miércoles, 10 de abril de 2013

PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN SANTA TERESITA-A través de un periódico barrial, vecinos expresan sus problemáticas diarias

Investigadores de la UNNE y organizaciones no gubernamentales aplicaron un proyecto de inclusión que permitió contener a adultos, adolescentes y niños.


Un proyecto de extensión universitaria, llevado adelante por investigadores del Centro de Estudios Sociales (CES) de la UNNE, se propuso, entre otras metas, contribuir con los procesos de participación comunitaria en un barrio correntino. Se trata de “Fortaleciéndonos para la integración social: Organización y Articulación de Actores y Procesos Comunitarios” realizado a lo largo del 2012 en el barrio Santa Teresita.


Esta iniciativa, de por sí ambiciosa, pretendía consolidar la articulación entre distintos actores sociales del barrio que compartían una preocupación común vinculada con la falta de oportunidades de los jóvenes, quienes, al parecer, no encontraban en su comunidad un espacio o institución que los contenga y que les permita construir un proyecto a futuro.

De esta manera, enfocándose inicialmente en los jóvenes, el proyecto buscó acompañar una experiencia de integración entre las diversas organizaciones comunitarias. Marcando una continuidad con acciones que el CES viene desarrollando desde el año 2007, tendientes al fortalecimiento y promoción de los procesos de participación ciudadana en el ámbito de los barrios, y al acompañamiento de las asociaciones comunitarias en la consolidación de su vínculo con los vecinos.

El equipo del proyecto, encabezado por la profesora Mercedes Oraisón, propuso vincular a las organizaciones comunitarias del barrio Santa Teresita con la Asociación Integración Solidaria, la cual viene desarrollando proyectos comunicacionales con jóvenes en otros barrios correntinos. De esta manera, una de las acciones consistió en difundir y compartir la experiencia de comunicación comunitaria del diario “La verdad del Barrio”.

A poco de iniciado el proyecto, el equipo se halló con una realidad muy distinta a la proyectada. “Nos encontramos con situaciones de carencia material y simbólicas más profundas de las que nos imaginábamos, por lo que nuestra intervención en la organización debió reorientarse hacia el fortalecimiento de los vínculos”, dijo Oraisón.

El grupo de niños, jóvenes y adolescentes interesados en el proyecto era muy heterogéneo y con participación dispar. Al grupo coordinador de la experiencia les resultó complicado armar grupos de trabajos estables que se comprometieran con las acciones del periódico. Pero a pesar de esto, pudieron elaborar en conjunto tres notas referidas a los basurales y a la necesidad de los vecinos para erradicarlos, la segunda, referida a las acciones y objetivos de la Asociación “Estudiando Juntos”.


Fuente: Época

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